- Todas las mañanas, al levantarte, pedirás a Dios el don de la alegría.
- Incluso en las adversidades mantendrás la calma y tu cara sonreirá.
- Siempre tendrás presente, en el silencio de tu corazón, que Dios te ama y que siempre te acompaña.
- Dedicarás tu mirada, una y otra vez, a observar y admirar las cualidades de los demás.
- Alejarás siempre de tu vida, sin pensarlo dos veces, la tristeza.
- Evitarás las quejas y las críticas: no hay nada más deprimente que quejarse y criticar.
- Trabajarás y cumplirás tus deberes con el corazón lleno de alegría.
- Ofrecerás siempre a los visitantes una acogida afable y benevolente.
- No te encerrarás en tus sufrimientos y pensarás en la forma de hacer felices a los demás.
- Estarás seguro de que, repartiendo alegría, también la conseguirás para ti mismo.
domingo, 16 de enero de 2011
Secretos para estar siempre alegres.
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